El templo Kan’ei-ji que se convirtió en parque Ueno

Sabias que el Parque Ueno esconde una estatua del Daibustsu, la figura principal de un templo budista. He visitado varias veces el parque pero nunca lo había visto. Después de enterarme de la presencia del Buda en el parque, me puse a pensar en qué relación tendría con la cría de los osos Panda o los museos de Tokio. Además, he escuchado que cuando le oras al Buda de Ueno, te trae suerte para pasar un examen.

Pero, ¿por qué?

Al conocer la historia del parque Ueno, todas las piezas que encuentras en el parque, se conectan como en un rompecabezas. Pues, originalmente, todo esta área verde fue parte del templo Kan’ei-ji(寛永寺), fundado en 1625. Este templo marcó la prosperidad del Shogunato de Tokugawa en la época de Edo.

El templo se asentaba en la dirección noreste al Palacio Imperial, antiguo castillo de Edo donde vivía la familia del Shogun Tokugawa,  y pretendía proteger a la gran ciudad de Edo de la dirección “kimon(鬼門). Este término se refiere a la puerta por donde entran las cosas demoniacas. Ya te puedes imaginar lo importante que era en su tiempo. Siendo el templo Kan’ei-ji tan importante, ¿por qué ahora solamente queda tan poco?

Es por que durante la restauración Meiji todo lo logrado en la época de Edo se vino a menos. La mayor parte de sus edificios se destruyeron en la Guerra de Boshin (1868), en donde derrotaron a las fuerzas de Tokugawa el grupo de modernización de la era de Meiji. Después de la derrota, el ultimo Shogun de los Tokugawa se escondió en un cuarto que estaba en el terreno del templo Kan’ei-ji, por eso le persigieron hasta ahí y quemaron la mayor parte del templo.

Luego, en 1873 se abrió el parque como un espacio verde regalado por la casa Imperial a la ciudad de Tokio. Ahora si abres el mapa del parque, puedes encontrar la Pagoda de cinco historias  (1639), el templo Kiyomuzu Kannon-do (1631) y La antigua puerta principal del templo Rinno-ji, que son los vestigios originales del templo Kan’ei-ji.

Bueno, el parque no es muy grande, pero me costó encontrar al Buda de Ueno.  Caminé gran parte de la mañana en su búsqueda pero sin éxito. Por casualidad tomé un descanso en un montículo en el centro del parque, y al subir unos cuantos escalones me giré y ahí estaba lo que buscaba. Sin embargo,  era solamente la cara del Buda.

Mide casi unos 180 cm. Al estar frente a frente a la cara de Buda, tenia una sensación que era difícil de expresar, ya que me acordé de la sensación que tuve con los grandes Budas que he contemplado en Kamakura y en Tōdai-ji en Nara. Ambas esculturas son de gran tamaño y siempre te encuentra al pie de ellas gozando de la pasividad y tranquilidad del Buda desde abajo. Lo que te da una sensación de ser algo muy pequeño en el universo.

Sin embargo, al tenerlo tan cerca no te hace perder ese sentimiento de gran respeto, sino que esa proximidad te permite susurrarle al oído. Es como una charla más casual con alguien más cercano. Ahora, hay mas cosas que contar sobre el Buda de Ueno, o sea, el Buda de Ueno tiene un dura historia y de ahí viene su fama de que no pueda caer más bajo.

Es que, desde su construcción en 1631, se ha destruido en tres ocaciones por grandes terremotos y en una por un gran incendio, sin embargo se logró restaurarlo siempre a su esplendor original.

Hoy en día lo único que queda es su rostro en su emplazamiento original desde 1972. Y tiene una fama y muchísima popularidad entre los estudiantes y sus padres como un símbolo de fortaleza para los estudios. Por eso muchos vienen hacer su plegaria antes de los exámenes para lograr a entrar.

Pues, ahora que sabes la historia del parque, hay más lugares para explorar en los alrededores del parque para buscar el resto del templo, como el pabellón principal (konpo chudo) del templo Kan’ei-ji actual o el cementerio de la familia del Shogunato de Tokugawa. Así que ya es la hora de explorar otros rincones como este en el siguiente destino.

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4 thoughts on “El templo Kan’ei-ji que se convirtió en parque Ueno”

  1. Humberto Rosero Durán

    Felicitaciones, es muy interesante conocer estas partes de la historia del Japon. Lo más importante es que puedes visitar esos lugares.

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