Una pequeña aventura en Tokio, Shikinejima

A los que están aprendiendo japonés y pensando en viajar por Japón, pero están buscando algo diferente que hacer en Tokio, pues, ¿por qué no visitan el Archipiélago de Tokio? Este archipiélago, llamado Tokyo-shoto, está formado por 11 islas habitadas como Oshima, Toshima, Niijima, Shikinejima, Kozushima, Miyakejima, Mikurajima, Hachijojima, Aogashima, incluyendo Chichijima y Hahajima de las islas Bonin, Ogasawara.  Se encuentran en el Pacífico, y mientras Oshima es la más cercana, 120 kilómetros desde Tokio, las más lejanas son las islas Bonin que están a unos 1.000 kilómetros. Como lo saben los locales, cada isla tiene su rincón único, pero dentro de los cuales, Shikinejima tiene su rincón del micro-mundo precioso. Shikinejima está a unos 160 kilómetros de Tokio, a tan solo 40 minutos en avioneta desde Chofu, vía la isla Nijima, su vecina donde hay que subir en barco para llegar Shikinejima. A esta isla se accede solamente por barco. Ahora te doy una pista para llegar a Shikinejima. Primero, llegando al aeropuerto de Niijima, no hay taxi que te espera ni transporte público que te lleve al muelle, así que lo primero que tienes que hacer es llamar a un taxi. Pero, ¿cómo lo busco? No te preocupes. Llegando al aeropuerto, vas a encontrar un pedazo de papel con el número del taxista, en frente del teléfono público verde. Marca al Yokota taxi, el famoso señor Yokota es quien te lleva a cualquier parte de la isla. Bueno, 10 minutos llegas al muelle y otros 10 minutos ya llegas al Shikinejima. Ah, no te olvides revisar el horario del barco Nishiki (en japonés) y hacer la reserva del hostal (en japonés) antes. Otra cosa es que, si la visitas durante el verano, no hay que preocuparse tanto, pero sí te atreves a visitarla durante el invierno, o sea durante la temporada baja, tienes que llevar la lista de las tiendas (en japonés) ya que los comedores se cierran sin avisarte.

Pues, una isla como Shikinejima puede resultar una isla cualquiera, si caminas por ella sin fijarte en que lo que te rodea. Pero una vez que te fijas, se te abren los ojos y la curiosidad. Esta isla, con unos 500 habitantes actualmente, era una isla no habitada hasta el año 1887, por eso esconde rincones espectaculares como: el mirador de Kambiki (vista panorámica de 360 grados con Mt. Fuji) , las aguas termales Jinata-onsen (Best Island Onsen de Lonely Planet) o Matsugashita-Miyabiyu donde se reúnen los locales después de su jornada del día para relajar. No solamente para relajarse en las aguas termales, sino también para bucear con guía (en japonés) dentro de agua termal, el Kaitei-Onsen (undersea hot spring). Si tienes suerte, puedes encontrar tortugas marinas. Asimismo la playa Tomari, una playa llena de cristales de cuarzo. La playa Tomari, se trata de una de las mejores playas conservadas en la bahía, era puerto natural, y ahora tiene una playa con una piscina natural donde se puede disfrutar de actividades marinas como el snorkeling.  Además, esta playa te invita a pasear por el micro-mundo, la “galería de arena”. Cuando estás en la playa, te atrae más el sol, el cielo azul o a veces, te capta otra mirada. Sin embargo, por debajo se expande otro mundo increíble de cristales de cuarzo, si te fijas a tus pies. Sabemos que la arena es un conjunto de partículas procedentes de rocas, conchas, corales o minerales que ha sido divididos en partes muy pequeñas por medios naturales como la erosión del agua, el viento, la lluvia o los oleajes. Cada vez que pasan estos efectos, se van haciendo más y más pequeños, convirtiéndose en arena. El paisaje panorámico de tus pies te cuenta la historia de la isla, de otra manera, imaginando cómo se formó ya que las características de la arena es lo que la vincula con la geología. Honestamente, no me había fijado tampoco en el mundo de mis pies hasta que un amante de beachcombing, quien ha viajado por todo el Japón, dijo que nunca había visto una playa como ésta, con una arena llena de cristales de cuarzo tan refinados.  Pues, no puede llevársela ya que está  dentro del Parque Nacional de Fuji-Hakone-Izu. Ya te contaré en otra ocasión porqué estos tres sitios forma un parque nacional juntos. La clave está dentro de la arena, lo cual es la geología de la zona. Bueno, ¿ahora ya estas listo para visitar Shikinejima con una experiencia de pequeña aventura en el archipiélago de Tokio?

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