
Los ciervos de Nara vienen desde la montaña lejana por la mañana y regresan por la tarde. A veces se duerme en la ciudad misma. Desde tiempos pretéritos, la gente de Nara convivía con estos ciervos. Los ciervos de Nara son conocidos como mensajeros de Dios, y están registrados como monumento nacional de Japón.