El arte culinario de los monjes, Shojin-ryori

 

¿Sabías que Nagano esconde el santuario budista que venera la primera estatua que llegó a Japón? El Templo Zenkoji es el punto en el que convergen todos los peregrinos de todas las ramas del budismo japonés. Pues , el templo no tiene ningún grupo en particular establecido como los demás templos suelen tener. Pero son más de 1400 años desde su establecimiento, así que, como te puedes imaginar una historia tan larga siempre tiene algún misterio ¿verdad? Además, dicen que su imagen principal nunca ha sido revelada al público. Este lugar no solamente tiene ese misterio, sino que alrededor de la calle principal, dentro del terreno del templo, se agrupan distintas posadas llamadas “shukubo“. Estos hospedajes tradicionalmente eran para los monjes penitentes, sin embargo hoy en día algunos están abiertos al público en general, como el Fuchinobo. En el shukubo, los colaboradores y los monjes te dan la bienvenida y al entrar en el shukubo el aroma de las esteras de tatami de las habitaciones te ayuda a relajarte.  Asimismo, los monjes te ofrecen la comida “shojin-ryori” basada en su tradición culinaria vegetariana. A pesar de que no se incluye ningún tipo de carne, las refinadas técnicas de preparación consiguen sabores que al gusto se aproximan. Cuando te sirven la comida desfila una armonía de colores y formas que resaltan los sentidos. En sí esta comida te prepara para lo que viene.

Al día siguiente, un colaborador de la posada te acompaña al templo para participar en la ceremonia del O-asaji en la madrugada. El templo se envuelve en un aire más espiritual, los viajeros se forman enfrente del Hondō para recibir la bendición antes de entrar.  Durante los ritos te sientas enfrente de los monjes para escuchar las oraciones que simulan un canto, la armonía de las voces de los monjes es maravillosas.

Luego de participar en la ceremonia de la mañana, puedes hacer el recorrido del O-Kaidan. El cual es un pasaje en tinieblas que esta por debajo del Hondō y donde hay un candado que marca el lugar por debajo de la estatua principal del templo que dicen que cuando lo tocas te abre las puertas del paraíso budista.

Pues, una experiencia como esta, compartiendo las practicas de los monjes, es un momento inolvidable del viaje. Bueno, ahora ya es la hora de explorar otros rincones como este en el siguiente destino.

No te pierdas

Cuota

Facebook
Twitter
Pinterest
LinkedIn
en tema

Artículos Relacionados

NAGANO: Picchio de Karuizawa

Este es la entrada del bosque de Karuizawa, Nagano, en el que se esconden las ardillas voladoras gigantes japonesa. Picchio de Karuizawa (NAGANO)

IRIOMOTE: Sagari-bana

Barringtonia racemosa, conocido como powder-puff tree en inglés o Sagari-bana en japonés, que florecen solamente en esta temporada,  entre junio y julio en las islas

OSAKA: El Castillo de Osaka

El Tenshu del castillo de Osaka fue reconstruido en 1931 con el último método de aquella época, la construcción de hormigón armado.  El Castillo de

TOKIO: Izu Oshima

Es de mañana, estoy en una avioneta rumbo al aeropuerto de Chofu (Tokio), regresando de la isla Kozu. Por la ventanilla aparece un cráter y

TOKIO: las islas Izu

La avioneta de Dornier despega desde el aeropuerto de Chofu en Tokio y aterriza en una de las islas Izu, volando por encima de las islas Izu. Tiene

Scroll to Top