Shiraito, una cascada de seda blanca

Todo el mundo se fascina del monte Fuji, pero sabes que, él es muy caprichoso. Aunque está despejado el cielo, se esconde entre las nubes, o apenas sale por la mañana, unos minutos desaparece en seguida. Sin embargo, este monte que le gusta jugar al escondite, a veces se comporta como un gran maestro, creando una obra. Al contemplar un paisaje, a veces uno tendría la misma sensación de estar en frente de las obras maestras en un Museo. Al ver esta catarata, te sientes que, como si estuvieras viendo un cuadro del maestro italiano Tintoretto, “ El lavatorio ” del Museo del Prado. Pero, aquí no estás en el Museo del Prado, sino estás en el museo de la tierra, con la colección del maestro caprichoso del monte Fuji, dibujado encima de un lienzo de roca gigante que mide 20 metros de altura y 150 metros de ancho. La obra de la catarata Shiraito.

Quién imaginaría que el agua de la catarata Shiraito es el acuífero del monte Fuji. O sea, si te fijas, se nota que el agua cae entre las grietas de las diferentes rocas como un hilo blanco. La parte superior es la capa de lava Shinfuji, la nueva, que permite filtrar agua, y la parte inferior es la capa volcánica del Kofuji, la antigua que no filtrar agua, es una roca impermeable. Sabemos que cuando cae la lluvia encima de una montaña, se filtra a través de la roca y llega al río o lago, pero lo del monte Fuji se convirtió en una cascada extraordinaria que deja conocer el proceso de su nacimiento también. El monte más grande y representativo del Japón tiene una forma hermosa de estratovolcano, sin embargo, éste es como un edificio de tres pisos, contando con tres generaciones. El Komitake, es el más antiguo, entró en erupción y creció hasta 2,400 metros, y luego, nació el volcán Kofuji, encima del Komitake, y llegó a la altura de 2,700 metros. Por último, el volcán Kofuji volvió a erupcionar y comenzó la actividad volcánica, creciendo hasta la altura de 3,776 metros. Esto es el volcán Shinfuji que está enfrente de tí.

El monte Fuji actual es el resultado de la repetitiva actividad volcánica de tres generaciones, escondiendo dos volcanes anteriores. Bueno, volviendo a la obra del maestro, sin duda, la catarata Shiraito es una de las cascadas más pintorescas del Japón. Si quieres conocerla, pues, te propone un recorrido a través de E-Bike, descubriendo tu paisaje favorito del maestro Fuji.

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