
Una visita a los Sakagura de la calle de Suwa Gokura. Hace unos años, una amiga mía planificaba un viaje por Japón, y me preguntó para tener una experiencia autentica de Japón, por eso, le propuse una visita a una bodega de sake, Sakagura(酒蔵). Lastima que no pudimos visitarla juntas en aquel momento ya que ella tuvo que cancelar su viaje, pero como ya había coordinado todo el viaje, decidí hacerlo como si estuviera viajando con ella, al Sakagura de Masumi(真澄) en Nagano. Para mí, los Sakagura no son solamente bodegas o tiendas donde se puede probar y comprar sake, sino más bien las considero como los centros de interpretación para conocer sobre Japón. En los últimos años, he aprendido a ver a Japón desde la perspectiva del sake, entiendo mejor las peculiaridades geográficas de cada región, tanto la naturaleza como la cultura, comprendo más cómo la gente se relaciona con la naturaleza o con todo lo que les rodea, aprovechándola al mismo tiempo protegiéndola. Sakagura es el punto de encuentro de la gente con la naturaleza a través de la practica, o mejor dicho del uso de la tierra con la sabiduría milenaria.
El sake me ha hecho viajar a la ciudad y al campo, visitando desde los Sakagura de la ciudad de Kioto hasta los de la zona rural de Iwate, la región de Tohoku. Entre las visitas a Sakagura, recuerdo aquella visita a la ciudad de Suwa en Nagano, que iba a visitar con mi amiga, el Sakagura de Masumi. Hablando con Kuramoto(蔵元), el dueño o representante de la bodega, descubrí que se juntaban cinco bodegas en la misma calle, uno a tras otra, Suwa Gokura(諏訪五蔵). Cada Sakagura tiene su propia marca de sake, aunque están en el mismo barrio. El sake me ha enseñado también la importancia de maridaje, a catar y probar de acuerdo a lo que lo acompaña. Tiene variedades de sabores y texturas, igual que el vino, o la cerveza desde seco, semi seco, dulce, pasterizado o sin pasterizar, hasta el espumante natural de sake. Conversando con Kuramoto, aprendí que no hay mejor sake ni peor sake, ya que esto es asunto del gusto de cada uno, cómo quiere tomarse, con qué comida quiere acompañarse o cuándo se lo toma, invierno o verano, incluso hay sake sin alcohol como el amazake. Gracias al sake y los Sakagura, sigo aprendiendo sobre Japón de manera divertida.