Cuando se viaja por Japón, uno se encuentra con santuarios y templos aquí y allá, aunque solo sea por pasar en frente de algunos de ellos o entrar a visitarlos. La mayoría de ellos tienen una estructura de madera y son el tipo predominante de arquitectura de santuarios y templos en Japón. Esto se debe a las condiciones geográficas. Dos tercios de la superficie de Japón está cubierta por bosques, teniendo una cadena montañosa en forma de espina atraviesa el archipiélago japonés dividiendo el lado del Océano Pacífico del lado del Mar de Japón. Actualmente, Hokkaido es la prefectura más boscoso del Japón, seguida de Iwate y Nagano.
Ya sabemos que hay abundantes recursos de maderas en Japón, sin embargo, una característica de la arquitectura japonesa antigua como templos y santuarios, es aprovecharlos durante el mayor tiempo posible, como lo que podemos ver el templo Horyu-ji en Nara, el Patrimonio de la Humanidad, donde se ha utilizado la misma madera durante más de 1.000 años. Por otro lado, el mayor enemigo de la arquitectura de madera es el incendio, o sea el fuego, y el siguiente el agua, la lluvia. Por eso, la construcción en madera se ha desarrollado para proteger los edificios de la lluvia. Por ejemplo, los tejados inclinados y el saliente del tejado del edificio se diseñaron para evitar que los pilares de maderas quedaran expuestos a la lluvia, y muchos vestigios de ellos aun son visibles en la arquitectura de santuarios y templos.
Pues, hay tres puntos destacados para observar la forma, o sea, la estructura de un edificio antiguo: el ma, que corresponde a los lados largos y corto de los muros; la forma del tejado; y la materia del tejado.
Comenzamos con el “ma”. El lado largo del muro se denomina “ketayuki” o “hiragawa” y el lado corto “hariyuki” o “tsumagawa”. Si hay cuatro pilares en en lado largo y tres pilares en el lado corto, entendemos que hay tres ma y dos ma en cada lado por eso se llama “ketayuki tres ma y hariyuki dos ma”. El siguiente es la forma de tejado. Hay cuatro tipos de forma de tejados: kiritsuma-yane , yosemune-tsukuri, irimoya-yane y hougyou-tsukuri. La forma de “kiritsuma-yane” es un tejado con los lados que se colocan directamente sobre el edificio y este tejado se llama así por que el extremo corto del hastial está cortado. El “yosemune-tsukuri” es un tejado con cuatro planos sobre un edificio, y esta forma de tejado resiste a la lluvia y el viento, pero con poca ventilación. El tejado “irimoya”, que da una impresión de prestigio y se ve a menudo en los edificios de santuarios y templos, es un tejado del mixto de “kiritsuma-yane” de dos lados encima de “yosemune-tsukuri” de cuatro planos, que combina la resistencia al viento y al agua con la ventilación. Por último, el tejado “hougyou-tsukuri” tiene la forma de un cuadrado desde arriba y suele encontrarse en en los edificios pequeños. Finalmente, hablamos de un acabado de tejados con tejas de metal (por ejemplo, tejas de cobre), de cerámica, o material natural como ciprés “hiwadabuki”. Las tejas de cobre tiene una larga historia que se remonta al periodo Nara. Es relativamente ligera y adecuada para la protección contra incendio, pero la técnica de fabricación de las tejas de cobre es difícil por eso se popularizó a partir del periodo Edo.
La teja de cerámica es tejados tradicionales de la arquitectura de santuarios y templos, y tiene dos tipos de teja, “honkawara-buki” y “sankawara-buki”. La teja del estilo “honkawara-buki” es una combinación de teja redondas (o teja árabe) y planas que forman un tejado muy pesado, mientras que la teja del estilo “sankawara-buki” es una teja ligera que se utiliza en casas en generales también, sobre todo, después de los grandes incendios del periodo Edo en el siglo XVII. En cuanto a la teja “hiwada-buki”, caracterizada por su materia vegetal o natural, se utiliza capas de corteza de ciprés. Aunque tiene la impresión de gran prestigio, este material no es adecuado para la protección contra incendios.
Pues, siempre es bueno conocer algo de lo que estamos viendo, por eso te hacemos una pequeña guía de donde comenzar a fijar la arquitectura japonesa antigua con estos tres puntos de construcción para observarlos.
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