El sake es más que un vino de arroz: es un símbolo de la prosperidad de la familia. En el transcurso del viaje hacia Nara, pasé por el barrio Fushimi en Kioto. Esta zona es famosa por el sake y se considera uno de los lugares más famoso de Japón para la elaboración de sake, gracias al manantial de agua Sakamizu. Aquí nació la marca de sake “Gekkeikan”.
Pues, el origen de Gekkeikan se remonta al siglo XVII durante la época de Edo. El fundador de Gekkeikan, el señor Jiemon Ōkura, abrió la tienda de sake que se llama Kasagiya en 1637 y comenzó a vender el sake llamado “Tama no Izumi”. Este nombre se expresa como el sake de la fuente de la vida, y sigue vendiendo hasta ahora. Sin embargo, la verdadera expansión llegó durante la época de Meiji con la undécima generación de la familia, el emprendedor Tsunekichi.
Fue él quien creó la marca de sake Gekkeikan: la Corona de Laurel. Este vino al mundo en 1905 cuando él tenía 32 años. El ambicioso jefe de la familia tenía deseo de que este sake se convirtiera en el rey del mundo del sake como los ganadores de los Juegos Olímpicos a quien se les otorga la corona de laurel.
Otra cosa de importancia es que logró producir el sake embotellado en un vidrio, manteniendo su calidad sin que añadiera conservantes, y venderlo individualmente en Tokio. Es algo normal ahora, sin embargo, era algo novedoso en aquella época ya que era común venderlo en barrica a los mayoristas.
Por cierto, probé el agua de manantial de la bodega. Era nada más un agua con la textura suave, pero encontré un letrero al lado de esa manantial: Sakamizu significa el agua del sake y de la prosperidad.